sábado, 13 de junio de 2009

Segunda entrega a lo grande de CALÉ' 09

Hoy sábado a la nueve de la noche y en el Teatro principal, el II festival Flamenco de Castilla y León continuará su esplendoroso rumbo. Cambio radical, aunque manteniendo el nivel, respecto a la actuación de ayer viernes. Para esta noche se contará con una altísima dosis de expresión racial sobre el escenario. Flamenco gitano con hondas raíces en la larga y fecunda historia de su arte. Aurora Vargas Vargas prolonga hacia atrás sus genes para emparentar con lo más florido y granado de la jondura romní a lo largo de dos siglos. Personajes míticos de la constelación flamenca como pueden ser El Fillo, El Nitri, Manolo Vargas, El Chozas o la actualmente recuperada con más brillo si cabe que en su gloriosa etapa de la segunda Edad de Oro del flamenco, María Vargas, dan lustre y esplendor a esta magnífica cantaora sevillana. De ella, con buen criterio, dice Gamboa: “… arrebata al público con su tensión festera, el buen metal de su voz, la entrega emocional y los incomparables desplantes de su baile”. Ahí está, muy bien definida a la genial artista: Comunión asombrosa con el respetable, perfecto manejo del cante, particularmente del festero, y completo espectáculo con su danza. Y sin embargo -paradojas de la vida- fue el Yeyé de Cádiz quien hace “el descubrimiento”, con el correspondiente apoyo, para que Aurora tomara la firme decisión de pasarse de forma rotunda al profesionalismo. Más paradojas. El hecho ocurre en Japón cuando la sevillana se encontraba de gira cantando para atrás, y el Yeyé vivía en el país del sol naciente haciendo patria a raudales, y elevando el espíritu nipón hasta llegar al éxtatasis con sus rotundos y aromáticos aires gaditanos y de la Bahía.
Aurora Vargas estará perfectamente arropada por un excelente tocaor de Jerez,conocido sobradamente por estas tierras: Diego Amaya, sin olvidarnos del dúo de palmeros, uno de los mejores del panorama actual, Rafa Junquera y el Eléctrico. ¡Qué siga la fiesta!

Félix Rodríguez Lozano.
Fotografía: Sfumato-Studio. F. Javier Álvarez.


Mayte Martín colmó las expectativas en la apertura de CALÉ.

Como era previsible, la catalana Mayte Martín y su fiel escudero a la guitarra, Juan Ramón Caro, obsequiaron al público zamorano que se dio cita en el Teatro principal, con un suculento concierto flamenco. Destacar la presencia de la Directora General de Promoción Cultural, Luisa Herrero; de la Jefa de Servicio Carmen Domínguez; de la Jefa de Servicio de la Delegación Territorial, Elvira Fernández y como no, de la anfitriona: nuestra alcaldesa Rosa Valdeón.
Por cierto, varias personas se han interesado por el disco “Jazz para los que odian el jazz” por lo que me veo obligado a especificar. Como dije, este single de duración ampliada fue editado por RCA, no puedo concretar la fecha de edición por no aparecer ni en el vinilo ni en la carpeta, pero seguro que salió al mercado a principio de los años cincuenta. Las referencias son: (3E5UH-1082) y (3E5UH-1083). Los temas e intérpretes, Ain´t Cha Comin´ Home por Lionel Hampton y orquesta; St. Louis Blues por John Kirby y orquesta; Casey Jones por Wingie Manone y orquesta; y, Comanche War Dance por Ray Noble. Espero que complacidos.

Para abrir boca, Mayte y Juan Ramón empezaron por peteneras. Tal vez para “acotar el territorio”, tenida en cuenta la dificultad que entraña la ejecución de este complejo palo en frío. La primera de Medina el Viejo y la segunda también pero completamente transformada y engrandecida por la Niña de Los Peines. Siguen por Ida y Vuelta con vidalita, homenajeando, como ella misma dice, al cantaor que primero la impresiono y la hizo llorar: Juanito Valderrama. Cantes de Levante con valiente remate de Lucena. En ese momento de la actuación, el numeroso público que se hallaba en la sala y que rozaba el lleno (Gran mérito teniendo en cuenta el día que hacia y fin de semana) estaba completamente entregado como manifestaban con sus prolongados aplausos. Seguiriyas, inicia el temple muy en la línea de La Niña, Manuel Torre, Antonio Cagancho y otra del Majareta, seguramente aprendida a partir de la discografía de La Niña. Destacar, además de la magistral interpretación de Mayte, el estético y flamenco pose de Juan Ramón Caro en el toque por este grandioso palo. Continúan con importante entrega de fandangos a compás, hasta seis. Nuevos ecos de La Niña, esta vez a través de un bello palo de origen incierto auque probablemente asturiano, y que pese a su belleza, resulta raro oírlo sobre un escenario, me refiero al garrotín.

Agradecida por el respetable la vuelta a los cantes de origen caribeño. Guajira con sabor a azúcar y a Juanito Valderrama. Fuerte y prolongado aplauso. Se retiran para volver a salir, algún espectador le pide algún cante concreto a lo que Mayte Martín de forma cariñosa responde: “Ahora vienen las peticiones, las escucho y hago lo que me da la gana”. Vuelve a dar las gracias por la calurosa acogida y nos espeta: “Esta tarde al llegar a Zamora he visto 36º, ¿Esto es excepcional o lleváis muchos días metidos en el microondas?”. Para despedirse con bulerías, más cerca de las bulerías por soleá que de las bulerías propiamente dichas. Preciosas, con recuerdo incluido a las dificultosas y personales del genial alcalaíno Manolito María y a las de Pastora Imperio versión Mairena. Público de pié tributándole caluroso y prolongado aplauso. Todos contentos. Pórtico perfecto del II Festival Flamenco de Castilla y León, o dicho en breve: CALÉ. Mañana más.
Félix R. Lozano.